EEUU intenta avanzar en el trasplante de órganos animales en humanos

La primera persona que recibió un trasplante de corazón de un cerdo vivió dos meses. Las dos siguientes estaban ya en muerte cerebral en el momento de la intervención, un paso clave para volver a intentarlo con otros pacientes.

Los reguladores están estudiando la posibilidad de permitir que un reducido número de estadounidenses que necesitan un nuevo órgano se ofrezcan como voluntarios para realizar estudios rigurosos de trasplantes de animales a humanos, tras un primer intento histórico a principios de este año.

Los últimos experimentos, uno realizado el mes pasado y otro la semana pasada, son una especie de ensayo para las pruebas previstas. Los investigadores extrajeron corazones de cerdos modificados genéticamente, los pusieron en hielo y los llevaron en avión hasta la Universidad de Nueva York.  Allí los cirujanos colocaron los corazones en el pecho de un hombre y una mujer fallecidos.

Luego vinieron tres días de pruebas más exhaustivas que las que los pacientes vivos podrían tolerar para ver cómo se adaptaba el corazón en el cuerpo humano -además de algunas formas nuevas de comprobar que no contenía virus- antes de que los médicos desconectaran el soporte vital.

«Podemos estudiar esto con mucho más detalle y profundidad de lo que sería posible en un ser humano, porque no se puede seguir sometiendo a un ser humano vivo a procedimientos repetidos a todas horas del día», dijo el doctor Nader Moazami, que dirigió las operaciones en la Universidad.

Una avalancha de experimentos realizados desde el pasado otoño hace albergar nuevas esperanzas de que los cerdos puedan algún día ayudar a paliar la enorme escasez de órganos donados, al menos para las personas que necesitan un nuevo corazón o un riñón. Más de 100.000 personas están en la lista nacional de espera para un trasplante, la mayoría de ellas pacientes renales, y miles mueren cada año antes de que llegue su turno.

«Estamos entusiasmados, como todo el mundo, de que por fin se produzca un avance en este campo», afirma Robert Montgomery, cirujano de trasplantes de riñón de la NYU Langone.

Lo que los científicos llaman xenotrasplantes se ha intentado durante décadas sin éxito, ya que el sistema inmunitario de las personas atacaba casi instantáneamente el tejido extraño de los animales. Esta vez, los cerdos se modifican genéticamente para que sus órganos sean más parecidos a los humanos.

Fuente: euronews.com

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